Hasta donde pueden llegar la obediencia, el servilismo, la necesidad de reconocimiento o la ambición de poder para escalar en la carrera militar, hasta donde. Las atrocidades que han contado los militares en la JEP son… !atrocidades! Fueron hombres que perdieron el sentido de las proporciones donde pudo mas la autoridad del jefe, cualquiera que este haya sido, que sus convicciones personales. Por eso es que la obediencia no siempre es buena, el servilismo termina siendo una degradación de la dignidad humana. La capacidad de cuestionar o de no estar de acuerdo, es uno de los baluartes de la libertad. Pareciera que en Instituciones como la Iglesia o las Fuerzas Militares, la obediencia fuera un factor determinante de su cohesión como organización. Obedecer, porque la capacidad de discernimiento queda clausurada.
Cuando se castiga a un niño cuya mentalidad infantil no le permite manejar la frustración, inmediatamente responde “pero Juanito también”. Para este chico lo importante no es su falta sino evadir responsabilidad con la idea de que “otros también lo hacen”. Después de escuchar a los militares, claro que los guerrilleros también deben hacer sus declaraciones ante la JEP. Pero no se debe considerar, como en el cuento del niño, que puede darse una mínima justificación porque “los guerrilleros también lo hicieron”. Los que están esperando “equiparar” responsabilidades y gravedad de los hechos entre militares y guerrilleros, están desconociendo algo elemental. Puede ser el mismo hecho -asesinato- pero no tienen las mismas implicaciones. No es lo mismo que un guerrillero asesine a que lo haga un militar. Y menos con esa sevicia o sangre fría que contaron. Como no es lo mismo que un sacerdote abuse de un niño o niña, a que lo haga un hombre de la calle. El abuso del cura, en quien se ha confiado, es absolutamente denigrante, una doble falta: el hecho en sí, gravísimo y el personaje causante del mismo. Como es igualmente mas grave que una agresión sexual o afectiva venga de parte del padre, de un familiar o de un profesor, a la agresión causada por un desconocido. Abusar del vínculo afectivo o de la línea de poder es miserable. Repito y aclaro: ninguno es aceptable. Pero los que representan per se, el orden, la jerarquía o la institucionalidad, no pueden comportarse como los del montón. De allí que las faltas o infracciones son mas complejas de acuerdo al “actor” de la misma. La falta de los militares no es equiparable a las de la guerrilla o paramilitares. La formación no es la misma y para algo debe servir representar la ley o representar el caos.
La responsabilidad de las Fuerzas Armadas es mayor porque están para proteger y defender a los ciudadanos. ¿Qué tanto deben ser deliberantes u obedientes? Complejo el asunto porque a los militares de la JEP se los juzga por obedecer y matar a nombre de esa sumisión, mientras que ahora a Zapateiro, se lo juzga por ser deliberante, por haberse saltado la regla y opinar de política partidista. No obedeció. No hay que desconocer que si gana Petro, será su jefe. Si no le gusta, no tiene que obedecer: puede retirarse y no llevar la institución y al país al caos. Los Militares son la columna vertebral de un Estado, pero hoy dados los hechos deben mirar y evaluar su coherencia. Es prioritario.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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