De Petro se ha dicho ¡todo! Guerrillero, comunista, bisexual, amigo de Chávez, corrupto, malencarado, llevado de su parecer, odiador de Uribe, mentiroso, lavador de fajos de dinero, cómplice de Piedad Córdoba, manipulador, Alcalde, ventajoso, senador, asesino, pleitista… podría seguir detallando todo lo divino y lo humano que se ha opinado sobre él. El país entero lo sabe. Cualquiera lo puede repetir. No hay ninguna cara de sorpresa ante los epítetos, cualidades, defectos, inventos, rumores, calumnias, que rodean al candidato del Pacto Histórico. Allí está su hoja de vida a la vista de todos. Cualquiera puede incursionar y encuentra. Es obvio que ante tanta “verdad”, se pierde la capacidad de sorprenderse. En la vida de Gustavo Petro todo está sobre la mesa. ¡No hay sorpresas!
En el otro lado, misterio absoluto. Desconcierto. Maquillaje venteado. Mutismo total. Todo por ganarle a Petro. RH es un “gallo tapao”. Asesores le ocultan cualquier defecto, pequeño o grande. A Hernández se le perdona todo con tal de que “nos salve”. Es tan compulsiva la necesidad de contrarrestar “el mal de la izquierda”, que muchos compatriotas están viendo blanco lo negro y logran al mejor estilo “voltearetas Duque” (USA se acerca a Venezuela dados los buenos resultados del cerco diplomático (¿?), ver a Rodolfo Hernández como un empresario de bien, sin considerar siquiera los datos tan contundentes de su proceso de corrupción. Entre otros “defectos”. No logran ver su atropello a la institucionalidad. No aceptan su machismo hirsuto, donde los puños, gritos, malas palabras, violencia, parecieran su forma natural de expresar emociones. Si alguna vez impactó el “le rompo la cara marica” en boca de un Presidente, ahora “vergajos, comemierda, zánganos” se incorporan al lenguaje “decente” del colombiano “de bien”. Volteamos la moneda, pero no cambiamos de problema, porque el asunto es que los candidatos son representantes de un perfil de hombre que se creen con derecho a hacer lo que se les venga en gana. Y nosotros, a “agradecerles” su generosidad. No hay peor ciego que el que no quiere ver y RH es perfecto porque ¡no es Petro!.
RH representa al patriarcado en la acepción más pura del término. Cada vez aparece más gente seria que cuentan detalles de su actuar, que pareciera oscurecen sus aspiraciones. Pero con tal de que derrote a Petro… Dícese patriarca “del griego patriárkhes ‘jefe de familia’, compuesto con patriá ‘tribu, linaje’ y árkhein ‘gobernar’”. Prepotente, soberbio, controlador, llevado de su parecer, “a mi manera”, un individuo con el que es muy difícil trabajar porque solo él tiene la razón. Sólo es válida su opinión. No sé quién fue el primero o la primera que lo llamó el Trump colombiano, pero acertó en la descripción de su personalidad. Un hombre que se cree “la última cocacola del desierto” y solo, atrincherado, quiere gobernar al país. A nombre de la no corrupción puede volarse la institucionalidad. Caudillos, creen que nos hacen un favor… Claro, está “mansito”, mejor sería decir que ambos candidatos están haciendo su mejor esfuerzo para esconder sus demonios. De nosotros depende creerles el cuento. Hay que escoger a alguno y siempre es mejor saber a qué atenerse que meterse con un “gallo tapao”, donde todo puede ser posible.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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