Siempre son los otros. Los corruptos, los que bloquean, los que roban, los que se aprovechan, los vividores, los que no pierden oportunidad para sacar tajada. Los otros, siempre los otros porque yo no tengo nada que ver con eso. Yo soy distinto… Entonces del pasado paro camionero podría hacerse una radiografía muy diciente de cómo cada quien enfrentó la dificultad. Cada quien creó su propia tragedia, su propia hecatombe o su propia solución. Lo que iba a pasar, lo que podría suceder. Y si se escasea la comida y si se acaba la gasolina y si se termina el agua. Otra vez el famoso terrorista “ysi” haciendo estragos en la salud emocional de toda una sociedad. Claro, conflicto hubo, contratiempo hubo… pero qué tanto la imaginación y la Radio Miseria contribuyeron mas que nada a acrecentar el problema. Con un agravante: el bloqueo o el desastre (¡) no solo lo construyeron los camioneros. El bloqueo emocional se extendió como reguero de pólvora porque la actitud de muchísimas personas incrementó el caos que se vivía.
Es claro que existe un deseo generalizado de que al gobierno de turno le vaya mal. Es incuestionable ese anhelo. Nada que nos volvemos como Venezuela. Si era tan grave lo que se vivía como explicar qué en dos días se encontró una solución. Pero la actitud frente a la dificultad es lo que vale la pena analizar para encontrar qué tanto tengo de “camionero bloqueador”: no necesito tener camión, ni estar en una carretera para ser “uno de ellos”, uno de los que ayudó a acrecentar la sensación de caos. ¿Qué tanta previsión de comida acumulé? ¿Qué tanto alerté sobre lo que podría pasar? ¿Cuántas pacas de papel higiénico guardé? ¿A qué horas de la madrugada fui a tanquear? ¿Cuánto incrementé el precio de los productos porque van a escasear? ¿Cuándo dije que se acabó la gasolina corriente para poder vender la extra? ¿Cómo me “aproveché” del caos para beneficio propio? ¿Cuántas veces “alerté” en redes y amigos sobre la gravedad de lo que “iba a pasar”? El fantasma de la tragedia rondó pero más de uno lo pedaleó y entonces, al estilo de la “ola contagiosa” nos sumergimos en el espiral de tragedia anunciada. Que no llegó. En un país con tantas situaciones complejas siempre existirán conflictos, diferencias, asuntos por resolver. O es que acaso su infantilismo lo hace desear un país sin problemas…
Pero, la creatividad también brilló con fuerza. ¿Cómo enfrentar la dificultad y no paralizarse ante ella? Sorprenden las historias de solución. Claro, el optimista siempre encuentra caminos. Al pesimista se le cierran todos porque él no cree que exista ninguno. Otra vez la actitud marcando la diferencia. Y en este cambiante mundo cada vez estamos más obligados a aprender a enfrentar crisis. ¡O si o si!
Son demasiadas las lecciones que dejó el paro camionero la semana anterior. ¡Demasiadas! Lo que más impactó son las acciones individuales que hacen la diferencia. El camionero que decidió vender los huevos de su carga a precios irrisorios, pero que fue regañado por los mandamases del paro, la actitud del Presidente, totalmente disruptivo, que distrajo del tema principal (¿bueno o malo?), los camioneros molestos porque el Ministro Bonilla no los miraba…en fin. Es la vida y no puedo esperar no tener dificultades. Pero si puedo aprender y enseñar a manejar las crisis. Todos no miramos de la misma manera….
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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