Dura prueba tienen en este momento los representantes del Centro Democrático en el Congreso. Deben decidir a quién le son leales. Cristian Garcés y Gabriel Velasco deben escoger cuál “amor” va primero. Si el de su jefe y su partido o si son leales al departamento del Valle que los eligió. Porque es un despropósito que los vallecaucanos tengamos que ayudar a pagar la crisis de Electrocaribe. No solo un despropósito sino también un abuso. El Plan de Desarrollo de Duque y Carrasquilla estaba a punto de hundirse y dos senadores de Cambio Radical, leales a Germán Vargas, se voltearon para el lado de Char (y de Duque), llegaron al capitolio, fueron aplaudidos y el Plan pasó la primera prueba. No, no fue un acto de generosidad o de convicción política de los senadores. Les prometieron 7 billones de pesos para aliviar los líos de la energía de la Costa. Y con esa “mermelada” fueron prestos a votar. O sea que Colombia entera deberá pagar la corrupción de la costa…
¿Duque quiere al Valle? ¿Duque es generoso con el departamento que lo ayudó a elegir? El lío del Cauca (sur del Valle) no se enfrenta en forma directa y ahora nos pone a pagar por Electrocaribe. ¿Por qué entonces no le da la mano a Emcali? Como dice Catalina Ortiz “En Colombia los recursos se le asignan a las regiones con mas poder político. Por eso nos quieren meter la mano al bolsillo de los colombianos para “salvar” a Electrocaribe. ¿Por qué 7 billones para la energía de la costa y nada para Emcali?”
¿Qué tal que tuviéramos que pagar Transmilenio de Bogotá? ¿O que al gobierno de turno se le ocurra que paguemos los líos del departamento de Córdoba? Las desigualdades regionales son muy grandes y es allí donde comienza la inequidad del país. Somos nación pero también somos región: no es dividir pero si equilibrar. Además la manera como se hizo, a la carrera, casi a escondidas para lograr la aprobación, dice mucho de la forma “impulsiva” como intentan arreglarse los líos. Los congresistas nuestros tienen que definir si se quedan callados (para obedecer al patrón) o si vibran por un departamento que necesita un buen trato nacional. El Plan de Desarrollo no ha sido equitativo con el Valle y aunque se dice que la bancada nuestra votó en contra de los 7 billones para la costa, es hora de tomar determinaciones mas drásticas. Es hora de que las “fuerzas vivas” que somos todos, nos pronunciemos para evitar esta inequidad.
Existe la creencia de que salud mental o madurez son sinónimo de aceptación, bajar la cabeza, no manifestar inconformismo. Qué pena, pero si algo se requiere en procesos humanos es precisamente aprender a hablar, expresar lo que se siente. La emoción silenciada “infecta”, hace daño, se pega a algún órgano del cuerpo y es cuando se dice que “lo que se calla se vuelve tumor”. El malestar no debe guardarse, a través de la palabra debe liberarse porque los únicos que manejamos lenguaje verbal somos los humanos. Hable, escriba, expréselo. El lenguaje es una herramienta de salud mental y como tal debe aprovecharse. No hay necesidad de agredir pero expresar es sinónimo de madurez. Actitud diferente a insultar porque allí si queda claro que se acabaron los argumentos. Hablar, manifestar y la lógica contraparte, escuchar. ¿Le asusta que se hable desde la verdad de cada quien?
Gloria H. @Revolturas