Te prefiero muerto que marica. No debiste haber nacido. Eres un hijo reemplazo, nada de lo tuyo es importante. Mientras vivas en esta casa, debes obedecer mis reglas. Si sigues con ese tipo, no te pago más universidad. ¿Por qué tu hermana es tan brillante y tu tan inepto? Tu mama debió abortarte. En esta casa se hace solo lo que yo diga. No haces nada bien. Te comerás lo que vomitas. Eres un indecente por juntarte con esa ralea. Tarado, no sirves ni para recoger la basura. Atrévete a contradecirme y te reviento la boca. ¿Por qué no te largas de esta casa? Me avergüenzo de haberte tenido. Eres la deshonra de la familia. Igualitico a tu papá, irresponsable y mantenido como él.
¿Reconoce algunas de estas expresiones? ¿Le son familiares? Son dichas en el lugar que “dizque” más nos quieren y mejor nos tratan. Son expresiones “de amor” y educativas para formar un niño o una niña de manera adecuada (¡). Para muchos padres y madres es la única manera de formar “personas de bien”. Todavía hoy, más de uno cree que el mundo está así porque se “aflojó” la mano dura y es urgente regresar a ella. La teoría de que “a las malas” es la mejor filosofía de educación, se añora con urgencia. Por culpa de los psicólogos que hablaron de “traumas infantiles” cuando un correazo todo lo arreglaba…
Entonces, estamos buscando el muerto “rio arriba”. La noticia diaria del infanticidio o feminicidio nos sobrecoge. Que pague, que se pudra en la cárcel… mientras, ¿cuántos feminicistas estamos incubando? ¿Qué pasa al interior del hogar “nido de amor”? La mamá que le tira la sopa en la cara a su hija, el papá que le quema la mano a su hijo porque lo ve masturbándose, son ejercicios de formación y buenas prácticas(¡). ¿Seguimos quejándonos o la familia tiene que pasar al banquillo? La pérdida de poder patriarcal y las “manifestaciones educativas de amor”, son dos factores principalísimos de esa violencia de género. Pero… la familia es un tema vedado. Por algo como representación de la sagrada familia es intocable. Los feminicistas no surgen por generación espontánea. Perfilamos al amor como la panacea de la vida y resulta que a nombre de ese “mágico” elemento, se cometen toda clase de vejámenes. ¿Con que facilidad se atraviesa la barrera del amor al odio? Aun mas ¿existe esa barrera?
Antes de seguir impactándonos con casos de feminicidios que a diario vomitan las noticias, es urgente revisar cómo se forma, cómo se construye a ese individuo. Qué es aquello que lo alimenta. Porque el odio, los celos, el miedo, la pérdida de poder, entre otros, no surgen de un día para otro. Los hombres que asesinan mujeres tienen hogar, familia. Alguien pasiva o activamente, les “enseñó”. Ellos copiaron y repiten… Para el hombre, la pérdida de poder es pavorosa, no lo soporta. Una sociedad donde se cuestione su actuar, donde una mujer, o un hijo se atrevan a desafiarlo, lo enloquece. En mayor escala está Putin haciendo lo que se le antoje con la humanidad, pero el poder no lo suelta. En menor escala, ¿qué sucede en los nidos de amor llamados hogares? “Como es arriba es abajo” dice el Kybalion y basta el aleteo de una mariposa en un extremo para que se sienta su efecto. Estamos conectados, todo tiene que ver con todo. De allí nuestra inmensa responsabilidad personal… ¿Me sigo sorprendiendo?
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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