¿De qué no son capaces un hombre o una mujer enamorados? ¿Cuáles son los límites del amor visceral, apasionado, irracional, ilógico? ¿Hasta donde llega la incondicionalidad del amor? No sé ustedes, pero yo creo que Aida Merlano es una mujer “especial”, en la que confluyen los extremos mas sorprendentes de la condición humana. Como un rompecabezas cada pieza de su vida parece extraída de una fábula. Tragedia “en vivo y en directo”. Ni el mejor novelista hubiera podido construir una trama tan inesperada. Y sin que se vislumbre final (bueno o malo) para su historia, en ella confluyen suerte, poder, belleza, delito, política, corrupción, gobierno, amor, infidelidad, abandono, rechazo, pobreza, riqueza… y ahora relaciones internacionales. ¿Quién puede juntar tantas piezas de un rompecabezas en una sola vida?
Es lo externo, lo que cualquiera observa. Pero ¿cómo es su mundo interior? ¿Qué grado de angustia o miedo puede anidar su frágil personalidad? ¿Qué tan sola está Aida Merlano? Después de haber conocido “el poder del poder” a través de la política, de haber tenido el mundo a sus pies, de haber sido cortejada (o usada) por hombres poderosísimos, ahora, ella, está absolutamente sola. No es gratuito que haya pensado en suicidarse. No es fuerte porque parece una pluma al viento. La llevan y la traen. Está al vaivén de las circunstancias. Sabe que si habla, produce una hecatombe. La pueden matar. Sólo que ahora…
“Por amor se han creado los hombres en la faz de la tierra. Por amor hay quien haya querido regalar una estrella. Por amor fue una vez al calvario con una cruz a cuestas aquel que también por amor entrego el alma entera. Por amor se confunden las aguas y en la fuente se besan y en las alas de las mariposas los colores se crean. Por amor ha existido en el mundo siempre tanta belleza y el color de la naturaleza se pintó por amor. Por amor soy de ti y seré toda la vida, mientras viva, por amor soy de ti. Por amor una noche cualquiera un amante se entrega, por amor en besos se calman unos labios que esperan, por amor ya no llevo las cruces que me dio el sufrimiento, por ti lo que fuera mi suerte se cambio por amor.”
Hay un hombre en su vida, un hombre incondicional. Jacob Vargas fue su guardaespaldas, su acompañante, su ayudante y ahora es el amor que la sostiene. Su corazón es su baluarte. Un ser que es capaz de ir a la cárcel con ella y por ella. Un hombre que la ama hasta el punto que canceló su vida para seguirla. Su vida es ella, estar allí para ella. Fraguó su huida, cada paso desde la fuga del consultorio, ha estado allí para protegerla y acompañarla ¿Cuántos cuentan con un amor de ese talante? ¿Cuántos con poder y dinero logran “comprar” un ser de la incondicionalidad de Jacob?
Iván Duque va a dejarla en Venezuela. Le conviene que se quede allá para evitar destapar ollas podridas en Colombia. En la soledad de su destierro, Aída cuenta con alguien incondicional: Jacob Vargas. No estarán en la misma cárcel pero pareciera en este momento de su vida, que fuera el único que la ha querido realmente por lo que es ella. Ni por su poder, dinero o belleza. Ella, la mujer frágil que encontró refugio en los brazos de un hombre elemental como ella, que lo único que tiene para darle es un amor incondicional. ¿Suficiente para vivir?
GloriaH @GloriaHRevoturas