Leerá, posiblemente, una columna harta, fastidiosa, que produce roncha, pero no se tiene un espacio de opinión para agradar, no. Hace unos días se dio el dato aproximado de lo que vale el mantenimiento y reparación de los monumentos en Cali y la cifra es apabullante. Sumar La Ermita, Iglesia de San Francisco, Molino Roncancio, Belalcázar y otros y otros, no solo es impactante sino casi imposible de resolver. Cuidar monumentos ha sido parte de la memoria histórica y de la agenda cultural de las comunidades. Sin pasado, no conocemos nuestra historia, pero… ¡Hay gente con hambre! Hay personas que no tienen como alimentarse. Y no lo hacen no “porque no quieran trabajar” o porque son vagos o indolentes. No tienen que comer porque no han tenido oportunidades, porque viven en condiciones miserables, engendran hijos en condiciones paupérrimas y para salir de ese circulo de miseria extrema necesitan más de 4 generaciones del árbol genealógico, algo así como 200 años. Mientras que logran “depurar” el estigma de pobreza ellos y sus hijos se acuestan con el estómago vacío. Socialmente es indispensable restaurar y mantener monumentos, actividad que vale un jurgo de plata. ¿Válido? ¿Qué priorizar?
Adiela Cortina, creadora de la teoría de la aporofobia (rechazo al pobre) dice que la pobreza debe erradicarse con el mismo énfasis con que se lucha contra el racismo, la homofobia o la esclavitud. La pobreza es una lacra de la condición humana con la que no se puede convivir. Nada la justifica y de las sociedades depende convertirla en su prioridad o en “una más” de las necesidades sociales. ¿Reparo un monumento o doy de comer? No sólo en Colombia sino en el mundo entero. No hay que olvidar el caso de la Iglesia de Notre Dame donde en cortísimo tiempo voluntarios recogieron los dineros para repararla. Un resultado tan efectivo no lo ha conseguido ninguna campaña contra el hambre. Ahora, en Ucrania, terminada la guerra (ojalá que si) la prioridad será ¿reparar ciudades o dar de comer? La respuesta personal es una radiografía muy diciente de lo que cada uno guarda en su interior. Y a su vez retrata en que parte del recorrido del camino “entre ser como dioses o como bestias” nos encontramos. En muchas ocasiones como humanidad, desafortunadamente, nos ubicamos más cerca de las bestias. (Hasta ni siquiera mas cerca de los animales porque muchos de estos tienen trato considerado y de cuidado para sus congéneres). Los humanos… prefiriendo, por ejemplo, el negocio de las armas, antes de revisar la seguridad y protección de estudiantes estamos más cerca de lo inhumano. En el tema de las armas hay mucha variables pero la indiferencia de algunos personajes de la clase política es denigrante. En USA el senador Ted Cruz, fue prácticamente acorralado puesto que su discurso y explicación “son los demócratas” fue como un balbuceo incoherente e insulso. Tuvo que salir del lugar donde un periodista lo inculpó… El que no se logre captar que la vida está por encima de la venganza y el negocio, es muy diciente de que estamos muy distantes de un desarrollo que nos haga mejores seres humanos. Nos falta evolucionar en conciencia para acercarnos mas a aquello que nos reivindica como humanidad. ¿Restauro monumentos o doy de comer? La crueldad humana pareciera no tener límites.
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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