No soy partidaria de hacer futurología, pero si es importante, en este momento, con los hechos reales que nos rodean, construir un posible escenario de lo que será Colombia a partir del 7 de agosto. Porque por el lado que se mire, parece que vamos a perder. Por el extremo que lo tome, es un pierde-pierde. Si no construimos otro camino, sino hay otra alternativa, el panorama es desalentador. Si no vislumbramos otra opción, si desde la emocionalidad seguimos pedaleando, con las dos sensaciones bandera que guían y multiplican, rabia y miedo, créame que tendremos que prepararnos para aprender a vivir en la zozobra y el descontento. En las circunstancias actuales, con los dos punteros en carretera, el final será perder porque no habrá paz ni tolerancia ni convivencia posibles. No habrá ganador, así las urnas digan lo contrario ¡perderemos todos!
No vote por Petro, qué miedo, llénese de pánico. Es innombrable, cara de diablo, cercano a Maduro. Se lo van a quitar todo, ¿ya tiene pasaporte? ¿ya le hicieron el contrato con la “cláusula Petro”? ¿Usted que espera de un guerrillero? Y ahora con su vicepresidenta, mas miedo, mas angustia, ni se le ocurra votar por él. Empiece una campaña personal “adoctrinando” a los suyos, a sus empleados. Exíjales que no voten por él. Chantajee, ordene, imponga. Asuste, asuste, es el único elemento como se puede detener esta catástrofe. La solución es, claro, el otro extremo: Fico, el si es, no importa ni propuestas, ni preparación, ni experiencia. Maquillaje. Se lo necesita con urgencia como talanquera, su trabajo principal es detener. Lo demás vendrá por añadidura. Lo significativo es evitar “el peligro”. Un Fico que está inflado mas por la necesidad de parar al contrario, cuya preparación y experiencias personales no son las mas idóneas (hasta su formula vicepresidencial es mejor candidato profesionalmente hablando) pero que hay que votar por él. ¿Ideas, propuestas, hoja de ruta? Ya habrá tiempo para hacerlo posteriormente. Ahora no interesa…
En el otro extremo: no vote por Fico, pertenece al perfil de hombres, nombrados a dedo, escogidos con la misión de “detener” el peligro, pero que en definitiva no tiene ni visión de país, ni experiencia para dirigir una nación como la nuestra. Duque versión 2022. La indignación anidando en el corazón (y en la realidad) de muchos. No queremos mas de lo mismo. No se deje manipular. Tenemos la opción de cambio. Petro representa un nuevo país, no lo olvide. ¿Qué ha hecho Fico que genere confianza como para creer en un gobierno incluyente y participativo? Y si Uribe está detrás, ya tiene el sello del rechazo. Uribe sólo escoge lo que él pueda (o intenta) manejar.
Si gana Petro el miedo se contaminará como peste. Si gana Fico la indignación hará de las suyas. Y un número considerable de compatriotas queriendo abordar un camino diferente, para muchos “tibio”, con sello de educación, con formación matemática, con lógica, sin la emocionalidad de ganar puntos de apariencia. Claro, este camino no bordea emociones como la rabia y la indignación sino la mesura y la convivencia. No es atractivo porque no se vibra con él. Es difícil que un país emocionalmente tan contaminado, resuene en esa onda de equilibrio. Como vamos, con los dos extremos, perderemos. Todos. ¡No se salvará nadie!
Gloria H. @GloriaHRevolturas