No me atraen los grupos o asociaciones, aunque las respeto, porque no me gusta ser ni rebaño ni manada. Pertenecer a alguno de ellos puede ser castrante porque coartan la libertad de pensamiento. La obsesión por imponer “su verdad” es agobiante. No existe respeto por la libertad de conciencia. Ya tuve suficiente con la religión católica “fuera de la cual no hay salvación”…
Pero resulta que ahora, en uno de esos grupos existe la idea de volver la Psicología (¿nueva o vieja Psicología?) una rama del Derecho. Psicólogos fungiendo de jueces. Psicólogos juzgando y condenando comportamiento de otros profesionales, pisoteando la esencia misma de la Psicología. Que es lo mas distante de la rigidez de la norma, no porque no la respete sino porque ser Psicólogo es la escucha de una problemática y no la condena de un actuar. No nos formaron para juzgar, condenar y castigar. No significa complicidad con la transgresión de la Ley, pero tampoco el juicio por un proceder. Que un psicólogo haga de juez es semejante a una trampa, una traición. Inicialmente formado en la confianza y la compasión, se transforma ahora en juez. Ni un ápice de consideración o comprensión. Un juez condena “dura es Lex, sed Lex”, pero jamás este rol puede ser asumido por un Psicólogo al servicio del dolor y el sufrimiento. Ser juez desde la Psicología mancilla la esencia misma de la profesión que está construida para orientar y servir, nunca para juzgar. ¿Qué clase de entrañas tiene un psicólogo que acepta esta atropello en contravía de sus valores éticos? Es una traición a si mismo. Guardadas las proporciones, un psicólogo no puede hacer de profesor en un colegio, cuando hay necesidad de cubrir una vacante, porque confundiría al estudiante. Cuándo es profesor y es autoridad y cuándo es psicólogo y genera confianza. Por algo el consultorio de Psicología es un espacio simbólico donde la única regla que se acepta es no lastimar físicamente ni al terapeuta ni el paciente a si mismo. Es el lugar de la transparencia.
Pero tampoco. Esta “moderna” Psicología en su Manual de Etica dice “el profesional esta obligado a realizar buenas prácticas no solo para con sus clientes, sino para la totalidad de la sociedad”. ¡Psicología hablando de clientes! Psicología al vaivén del negocio donde no hay pacientes sino clientes, por lo que dejó de significar servicio y orientación para convertirse en artículo de consumo, donde lo valioso son los réditos comerciales. Si los principios éticos que alimentan a las nuevas generaciones se rigen por el actual Manual de Etica, los están formando para desempeñar una profesión que prioriza atender al “cliente”, no escuchar su dolor y sufrimiento. O para juzgar y condenar. ¿Da lo mismo atender pacientes y clientes? ¿Lo cree? Definitivamente perverso.
Psicología como apéndice del Derecho, pisoteando la esencia de servicio. Para un Psicólogo no se dan conductas “malas” o reprochables: detrás de un proceder existe una causa que debe ser investigada para aliviar, reparar o sanar y no una persona para juzgar, condenar y castigar. Tampoco atiende clientes para su negocio. Se deben asumir consecuencias de los actos pero el juicio es contrario a la esencia del psicólogo. “Nueva” Psicología: ¿apéndice del Derecho o negocio por incrementar? ¿Le gustan?
Gloria H. @GloriaHRevolturas
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