Sí la respuesta es sí, usted es un candidato seguro –o segura- para una depresión. Su idealización es patológica. Si es de los que cree que sin mamá no se puede vivir, qué pena expresarle que la problemática interior que maneja puede ser del tamaño de una catedral: todavía no se ha destetado y sigue «mamando» leche emocional de ella. Si todavía es de los que considera que «primero conocí máma que esposa», puede que por ello aún no logre construir una aceptable relación de pareja, así conviva con la misma mujer mas de 10 años. Así pasen por su historia 35 mujeres de todos los estilos, colores, olores y sabores, usted seguirá «pegado» de la misma mujer, -su mamacita- sin posibilidades de crecimiento y madurez. O si usted, mujer, es de aquellas que busca a su madrecita para contarle –antes que a nadie- que está embarazada de su esposo, vale la pena que se pregunte «con quién» es que realmente está casada, con su mamá o con su marido.
Se podrían enumerar varias situaciones cotidianas, de aquellas que pasan desapercibidas porque no miden el daño que hace una figura idealizada. Y como, también, esta imagen perfecta de madre llega a ser la causa inconsciente –y hasta consciente- de que una relación de pareja termine. Porque si usted acepte que tiene «madre perfecta» todo aquello que rodee a esta figura ideal, es inferior, desechable y claro, imperfecto. Su esposa o esposo son imperfectos y «nunca» alcanzarán los niveles de perfección de su madre. Imagínese entonces si el matrimonio tiene sentido: cambiar a «una» perfecta (la madre) por otra u otro del montón. ¡Qué cambio y claro, que frustración! ¿ Le parece lógico?
Pero también el agua sucia le cae a usted, al que cree que tiene madre perfecta. O santa. Porque la perfección de la madre aplasta todo lo que la rodea, incluídos hijos e hijas. O sea que usted es imperfecto, despreciable, de poca valía (¿cómo está su autoestima?). Frente a la «madre perfecta», usted es el equivocado, el injusto, el tacaño, el envidioso. No olvide que una madre perfecta nunca se equivoca y nunca comete errores. Si en esta relación madre-hijo o madre-hija hay fallas, usted hijo o hija son los malvados de la película porque mamá siempre es perfecta. Lo dice la cultura.
Las creencias estáticas construyen formas de vida que hacen daño. Mamá perfecta, santa e idealizada es una de las creencias que mas perjudica la salud mental de cualquier individuo por lo que guarda de irreal y fantasioso. Madres perfectas no existen en ninguna parte. Afortunadamente. Además, aquí entre nos, entre mamás, qué mamera, ni siquiera poder equivocarse, o enfurecerse, o llorar o pegar «griticos de desespero» porque hay que guardar la compostura y estar a la altura de la «perfección» soñada. Qué vaina pasarse la vida «representando» un papel de modelo para satisfacer a una cultura enfermiza y patriarcal. Ojalá pudiéramos desmitificar a mamá, dejarla de contemplar como santa, o el sumun de virtudes, para encontrarla humana. Una mujer madre humana engendra hijos e hijas humanos, capaces de compartir, de aceptar errores, seres de carne y hueso. Una madre idealizada lo único que hace es castrar realidades y construir seres enfermizos, dependientes y enjuiciadores. Estamos adportas de liberar a la mujer de este estereotipo. ¿Colabora?
Gloria H. @Revolturas