Tomás Uribe: “A mi hermano Jerónimo no le gustaban los jugos con pepitas y un día le sirvieron un jugo de fresa con banano. Lo tomó y se vomitó en el vaso. Mi papa se lo hizo tomar”. ¡Impacta! Por cruel y por real. E impacta por ambos lados: por el padre y por el hijo. Tomas o es ingenuo o resentido (o ambas cosas) por no medir las consecuencias de su confesión. Como se dice popularmente ¿tal era su guardado que lo traicionó el inconsciente? Pero también impacta por el padre. Porque refleja lo normal que son para nuestra cultura el maltrato, el abuso y el atropello. Cómo, el que actuó de esta forma, es un hombre que muchos idolatran como un salvador. Cómo un hombre pensante, “educado”, ilustrado, tiene todo el perfil de un individuo cruel. Cómo se cataloga como “buena educación” esta clase de castigos. Cómo nuestra sociedad trata a los niños. Si sucediera hoy y un niño toma el teléfono y denuncia, ¿qué le hacen a ese papá?. Pareciera que para los integrantes del CD es “normal” el maltrato. La hija de Paloma y ahora el hijo de Uribe…
Si un hombre o una mujer son capaces de hacer algo semejante a un niño o niña, ¿qué tienen en su corazón? ¿En su mente? ¿Qué significa querer y cuidar un hijo? ¿Cuál es su historia personal para llegar a esta clase de maltrato? Si un hombre puede hacerle eso a un niño, significa que en su computador personal el maltrato y el abuso son normales y no conoce límites que detengan esa conducta. ¿De qué puede ser capaz? ¿Qué sociedad “educa” esta clase de hombres? ¿Qué decía la madre de esos niños? ¿O estaba tan sometida (pareciera que sí) que no tenía palabra y se debía refugiar (escapar) en la intelectualidad?
Y claro, vuelve y juega la personalidad de Uribe. ¿Qué clase de individuo es? ¿Cuál es su grado de salud mental? Si un papá me cuenta ese maltrato con sus hijos, le recomiendo tratamiento psicológico. Puede escoger hacerlo o no, pero deberá escuchar que en su personalidad existen circunstancias tóxicas que marcaran por siempre la vida de sus hijos. Eso se llama crueldad. La relación de Uribe con su padre debió ser muy semejante a la que practica con sus hijos: ¡allí lo aprendió! Qué tristeza saber que Colombia ha sido el material para exorcizar las relaciones de un hijo con su padre. Porque la historia familiar de Álvaro Uribe está marcada por la dureza de su propio papá. En Medellín conocen como éste los crió con exigencias de disciplina propias de regimiento militar, pero no aptas para educar hijos. Levantadas a la madrugada, exigencias de comportamiento sin tacha, para forjar caracteres sin flexibilidad. Que ahora repite con sus propios hijos… (Pero lo del vomito es fuera de concurso). La actitud del padre marca el carácter de Uribe con una devoción extrema hacia el, para inconscientemente esconder sentimientos que pudieron generarse ante una figura autoritaria y castradora como el patriarca Uribe. Cuando lo mató la guerrilla, Uribe prometió inconscientemente, vengarlo. Y Colombia “en la mitad”, sufriendo los excesos de una historia familiar de hombres patriarcales vengando sus frustraciones. ¿Cómo esperar que tenga consideración hacia las Madres de Soacha si trata así a sus propios hijos? ¿Qué tanta empatía puede sentir hacia personas que no concuerden con su ideología? ¿Salvador de Colombia?
Gloria H. @GloriaHRevolturas